Hoy toca hablar de una pionera: Lois Weber. Actriz, directora, guionista y productora, Lois tuvo una carrera muy prolífica. Y, además del título de la primera directora de cine norteamericana, fue pionera en varios aspectos de los que os hablaré más abajo.
Cuando Lois era pequeña quería ser pianista. Para cumplir su sueño, abandonó muy pronto su natal Pennsylvania y vivió en la pobreza, cantando en las calles. Con 21 años realizó una gira como pianista por los Estados Unidos que duró tan solo un año: abandonó su sueño cuando una tecla de su piano le falló durante un concierto.
Su tío le recomendó probar suerte en la actuación, y se mudó a la ciudad de New York para aprender canto. Poco después, consiguió trabajo como actriz de teatro. Se dedicó a la actuación hasta que se casó, cuando decidió quedarse en casa y comenzó a escribir obras como freelance.
En 1908 fue contratada por American Gaumont Chronophones como cantante. Poco después, ya estaba escribiendo guiones y dirigiendo las grabaciones. En 1910, decidió probar suerte en la industria del cine trabajando como guionista, subtituladora, actriz, directora, diseñadora de escenarios y vestuarios, montajista y hasta reveladora de negativos. Pero entonces estaba trabajando en equipo junto a su marido, por lo que sólo salía en los créditos de las películas cuando escribía los guiones. Una de sus primeras películas es Heroine of ‘76, la que dirigió junto a su marido y Edwin S. Porter.
En 1912 se mudó a Los Angeles, donde producía dos películas por semana. En 1914, dirigió la primera adaptación en largometraje de una obra de Shakespeare, The Merchant of Venice. Y ese mismo año comenzó a trabajar como productora bajo el mando de Julia Crawford Ivers, la primera manager general de un estudio cinematográfico. Ganaba unos 50.000 dólares al año, lo que suponía ser la directora mejor pagada de la época y una de las más famosas por entonces.
Fue también en 1914 cuando dirigió su primera película relevante: Hypocrites. Estaba escrita, producida y dirigida por ella, y además era la primera película en mostrar un desnudo frontal femenino. El desnudo superó la censura en varios estados, pero en otros se obligó a “vestir” los fotogramas (cuando no se prohibió su proyección, claro).
En 1915 volvió a cambiarse de estudio: Universal la contrató para pagarle 5.000 dólares a la semana, y darle total libertad de elección en cuanto a las historias que contar y cómo hacerlo. Y a pesar de que sus historias solían ser muy moralistas, la censura seguía siendo una de las mayores piedras en su camino.
En 1917 decidió que era momento de cambiar de aires, y fundó su propio estudio: Lois Weber Productions. Quería hacer cine a su manera, sin seguir el modelo de producción de la industria en la época. Producía en forma secuencial, que era la forma en la que ella creía que podía trabajar mejor. Y fue en 1917 cuando consiguió ser la primera mujer en ser miembro de la asociación norteamericana de directores de cine.
Después de la Primera Guerra Mundial llegaron los primeros problemas económicos. Lois trabajaba para Universal y alquilaba sus estudios a productores independientes; pero el dinero no era suficiente para permitirle hacer sus películas. Entonces, decidió abandonar Universal y firmar un contrato con Louis B. Meyer por el valor de 3.500 dólares semanales. Este y otro contrato con Famous Player-Lasky le permitieron ahorrar lo suficiente para comprar sus propios lotes de estudios en Hollywood.
En los años veinte Lois estaba en lo más alto de su carrera, pero también fueron esos años los que supusieron el final: su cine moralista se veía como anticuado, el gusto del público había cambaido. Y Universal decidió rescindir su contrato sin estrenar la última película que rodó para ellos. Además, sus estudios también estaban en problemas, y en abril de 1921 tuvo que despedir a casi todo su equipo. Aún así continuó dirigiendo y escribiendo guiones, pero sin mucho éxito.
El 21 de junio de 1940, se emitió por la cadena NBC la última película de Lois (y la primera que contaba con diálogo): White Heat. Había muerto poco antes, en noviembre de 1939. Y aunque su ficha de IMDB indica que dirigió unas 135 películas y escribió el guión de unas 114, se dice que el verdadero número está entre 200 y 400 títulos. Pocas de ellas sobreviven, pero algunas de ellas están disponibles en YouTube.
Lois tuvo una carrera controversial, en la que las mujeres solían ser las protagonistas de sus historias y el objetivo final era conseguir un cambio en la sociedad. Ha pasado a la historia como una directora que se especializó en lanzar la carrera de varias actrices; pero fue mucho más que eso. Y merece que se cuente su historia.
Cada semana os contaré la historia de una mujer: famosa o desconocida, contemporánea o no tanto, exitosa o no. Y quiero invitaros a que me ayudéis a darlas a conocer: podéis contactarme vía Twitter(@pantalla_adicta), Facebook o e-mail, y podéis hacerlo con nombres conocidos o contarme vuestras historias de familiares, amigas o vosotras mismas. Cualquier mujer que haya rodado un corto, medio o largo, que haya trabajado en un set, tiene espacio en este blog. ¡Espero con ansias vuestro aporte!
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