Estamos acostumbrados a ver una película en color y ver el famoso logo de Technicolor. Los que se fijan más, seguramente han visto también que está acompañado de una frase que dice algo como: “Color by Technicolor”. Se trata de una marca registrada, y hoy os voy a hablar de ella.
El Technicolor es un proceso inventado en 1916 por la Technicolor Motion Picture Corporation . Se trata del proceso de producción y revelado más popular en Hollywood entre 1922 y 195. Su fama se debe a sus niveles saturados de color y ser el proceso utilizado para musicales como The Wizard of Oz, Singin’ in the Rain, y animaciones como Snow White and the Seven Dwarfs y Fantasia.
Antes de que el Technicolor dominara la industria, el proceso más popular era el Kinemacolor. Este se usó comercialmente entre 1908 y 1914, y fue inventado por Albert Smith en Inglaterra, allá por el 1906. Se trataba de un proceso mediante el cual se mezclaban y agregaban dos colores fotografiando y proyectando la película en blanco y negro detrás de dos filtros que alternaban: uno rojo y otro verde.
El término Technicolor se usa para describir tres conceptos diferentes:
- El proceso o formato: el sistema mediante el cual se produce la imagen en la cinta cinematográfica (el proceso de tres tiras de cinta)
- La impresión: un proceso mediante el cual se hacen copias a color que permiten utilizar tintes más estables y permanentes que los cromogénicos. Originalmente se usaban para imprimir la imagen a partir de negativos separados por color sobre película en blanco y negro dentro de una cámara Technicolor, y luego para imprimir negativos en película de color en cámaras estándar.
- Los laboratorios de la compañía y la compañía en sí misma: son laboratorios de post-producción, en los que se revelan, imprimen y transfieren películas en todos los procesos de revelado más aplicados. Cuando una película se revela en estos laboratorios, recibe el logo que os contaba más arriba y el crédito de “Color by Technicolor” (aún cuando no se trate de una película en formato Technicolor o con ese tipo de impresión).
Historia
El Technicolor comenzó siendo un sistema de dos colores: rojo y verde. Durante el proceso, un prisma separador de rayos detrás de la lente exponía a dos fotogramas consecutivos de una tira de película única en blanco y negro simultáneamente, una detrás de un filtro rojo, la otra detrás del filtro verde.
La película debía proyectarse y fotografiarse al doble de velocidad. Para proyectarla era necesario un proyector con dos aperturas (una con cada filtro de color), dos lentes, y un prisma ajustable que alineaba ambas imágenes en la pantalla. La primera película proyectada de este modo es The Gulf Between (1917), que se utilizó para vender el sistema a productores y salas. El mayor problema de este proceso era que se necesitaba que un técnico ajustara constantemente la cinta para mantenerla alineada.
El segundo proceso surgió buscando una solución a este problema: se utilizaba la misma cámara de Techinicolor, pero se utilizaba con un negativo de doble componente, que lograba producir una película con los colores impresos. De este modo no se necesitaba un equipo para corregir durante la proyección.
Los fotogramas expuestos al filtro verde se imprimían en una tira de película en blanco y negro, y los fotogramas detrás del filtro rojo en otra. Después de revelarlas, a cada tira se le añadía el color complementario al del filtro: rojo para la del verde, y verde para la del rojo. Ambas tiras se unían para crear la cinta que se proyectaba. La primera película proyectada creada con este sistema fue The Toll of the Sea, en noviembre de 1922. También se utilizó en The Ten Commandments (1956) y Ben-Hur (1959).
Este sistema también presentaba problemas: debido a que las imágenes no estaban en el mismo plano muchas veces no estaban bien enfocadas, y los fotogramas se recalentaban cuando se proyectaban y se curvaban (de modo que a veces quedaban fuera de foco). Después de cada proyección, la cinta debía sustituirse por otra, mientras la enviaban al laboratorio para devolverle la forma original. Este proceso tendía a rayar la cinta. Había que buscar otra solución.
El tercer proceso se basaba en la transferencia de tinte. Se utilizaba la misma cámara, y se imprimía uno de cada dos fotogramas de cinta de gelatina preparados para crear el rojo, mientras que el resto se imprimían en una segunda tira de cinta en blanco para crear el verde. Al exponerla a la luz ultravioleta, la gelatina se endurecía. Las áreas sin exposición a la luz quedaban impresas por una imagen que creaba la gelatina. Las tiras de cinta se lavaban en tintes de sus colores complementarios y cuanto más cantidad de gelatina tenían acumulada, más tinte absorbían.
Al final del proceso, las cintas se exponían a una tira de cinta en blanco con una emulsión, y el tinte se transfería a la nueva copia. Este proceso coincidió con la introducción del sonido en el cine, por lo que la cinta en blanco se adaptaba a la cinta donde estaba el sonido (que estaba hecho en base a una copia en blanco negro), y luego se agregaba la capa con tinte. La primera cinta de este proceso fue The Viking (1928). También se utilizó en animación. En 1931 se mejoró el proceso: se quitó el grano de la cinta, y los colores fueron aún más vívidos. Además, se redujeron los costes, lo que permitió que el proceso fuera accesible a más producciones.
De todas las películas que se realizaron con los procesos que describo más arriba, sobreviven apenas fotogramas. Algunos negativos originales se usaron para realizar copias en blanco y negro para televisión, pero posteriormente se descartaron. De aquí que muchas películas clásicas sólo podamos verlas en blanco y negro.
El cuarto proceso fue implementado en 1932, justo para cuando la crisis alcanzó la industria cinematográfica. Se trataba de una cámara que exponía tres cintas en banco y negro. La luz se dividía en dos haces de luz. Uno de ellos pasaba por un filtro verde y formaba la imagen en una cinta pancromática. El otro pasaba por un filtro magenta y formaba la imagen en un “bipack” de dos cintas con emulsión: la cinta de adelante era sensible a la luz azul, mientras que la de detrás lo era al rojo. De estas cintas se extraía una cinta en color.
Se ofreció el proceso a Walt Disney, quien negoció un contrato exclusivo hasta septiembre de 1935. La competencia que quería rodar en color debió conformarse con procesos anteriores, o con los competidores de Technicolor. Cuando el contrato terminó, el proceso pasó a ser adoptado para la animación en su mayoría: se fotografiaba cada fotograma tres veces, y con ellos se creaban las cintas.
El valor agregado de este proceso era que no hacía falta tener un proyector especial, además de tener un balance de calidad de imagen y velocidad de impresión mejor que los competidores. El primero de los estudios en implementar el proceso fue la MGM, en The Cat and the Fiddle (1934). Los demás no tardaron en sumarse.
Los estudios alquilaban las cámaras porque no podían comprarlas, y al hacerlo solicitaban técnicos y supervisores de color para asegurarse de que el resultado fuera el adecuado. La iluminación era tan fuerte que la temperatura en los sets era insoportable: durante el rodaje de The Wizard of Oz superaba los 38ºC, y algunos actores aseguraron que les afectó la vista. Esto, además, elevaba los costes de las producciones.
En 1950, Kodak lanzó al mercado la cinta de 35 mm, que en 1952 llegó a Hollywood. Este negativo podía grabarse con una cámara sencilla y ser revelado en color. La última cinta rodada con el viejo formato de tres negativos fue Foxfire (1954). Technicolor adaptó su proceso de revelado para estas cintas y las de otros competidores, y utilizó las cámaras que ya no eran útiles para presentar el cine 3D en marzo de 1953. El invento no fue muy exitoso, sólo se rodaron dos películas: Flight to Tangier (1953) y Money From Home (1954).
Durante los años sesenta, el proceso de Technicolor se volvió demasiado caro y lento. La última película que se reveló en un laboratorio de Estados Unidos con el sistema de tintes fue The Godfather, Part II (1974). En Europa, fue Suspiria (1977). Los laboratorios de Technicolor se dedicaron a revelar únicamente cintas de Kodak, mientras que en China y Hong Kong aún se utilizaba el viejo sistema de teñido en los ‘80.
En 1997, el sistema volvió a hacer aparición en la industria para restaurar cintas: The Wizard of Oz, Rear Window, Funny Girl y Apocalypse Now (la versión Redux) fueron las elegidas. Posteriormente, se utilizó para cintas de gran presupuesto: Pearl Harbor y Toy Story, por ejemplo. Sobrevivió hasta 2002, cuando la compañía pasó a manos de Thompson (hoy Technicolor S.A.).
En la actualidad
El antiguo proceso de Technicolor se asocia hoy en día con los archivos cinematográficos, porque las cintas tienen una calidad única: mantienen el color original si se las protege correctamente. Muchas veces se parte de estas cintas para restaurar otras copias. Además, los negativos de esas cámaras de tres tiras fueron muy útiles para transferir películas a vídeo.
El único problema es que, a veces, algunas tiras encogen más que otras. En la actualidad se alinean usando la tira verde (G) como base y se ajusta digitalmente el tamaño de las otras, dado que es la que tiene más resolución. Otro problema es que el contraste de las tres tiras no es el mismo, lo que se corrige con el balance de blancos (aunque a veces el resultado da un color falso en algunas zonas, por ejemplo cuando hay fuego).
La compañía que creó el Technicolor aún sigue viva, porque ha sabido evolucionar: se ha ajustado a los tiempos y se adaptó cuando llegaron el VHS, el CD, el DVD y la digitalización. La estética que marcó una época aún se utiliza en producciones que recrean esos años, por ejemplo en algunas escenas de The Aviator (2004). Y el logo es una constante en la vida de cualquier cinéfilo.
Muchas veces esta parte del cine es completamente ajena al espectador, y creo que es interesante descubrirla. Seguro que alguno ha comprendido por qué ve ciertos logos en los créditos, y espero que despierte vuestra curiosidad para descubrir aspectos del cine que no suelen discutirse mucho. Esto también es parte de la magia, y una parte tan responsable como otras de que veamos lo que vemos en pantalla.
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