He quedado fascinada con The Walk. ¡Robert Zemeckis es muy grande! Me ha tenido dos horas enganchada, sufriendo, sudando, encantada con lo que veía y con un nudo en el estómago a pesar de conocer la historia de Philippe Petit y su final.
La historia de por sí es fascinante, pero la forma en que Zemeckis la cuenta lo es aún más. Cada secuencia, cada detalle está cuidadísimo. La tensión está construida de una forma impecable, la música acompaña cada escena a la perfección, la fotografía me ha encantado... Y los efectos especiales, de los que tanto suelo renegar, me resultaron creíbles al punto de que más de una vez tuve que recordarme que lo que estaba viendo no era real.
Joseph Gordon-Levitt hace un trabajo maravilloso, resulta carismático y consigue que empaticemos con Philippe desde el primer momento. Y el grupo que le acompaña no se queda atrás. Entre todos consiguen que la historia y sus personajes calen en el espectador, que emocionen.
Creo que no hay palabras para explicaros lo mucho que me ha gustado The Walk. Me he visto tentada a recurrir a esas palabras que veo impresas en los trailers y posters -esas que siempre considero una exageración-, como que se trata de "la mejor película del año". Pero seré un poco menos extremista y simplemente os diré que es una belleza, que es un peliculón y que es un placer verla. ¡Tenéis que verla!
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