Después de ver Relatos Salvajes me he quedado sin palabras. Damián Szifrón me ha dejado anonadada. He pasado momentos incómodos, he sufrido, me he reído y me he quedado boquiabierta a partes iguales.
Damián ha sabido mantener el nivel durante toda la película, con historias variadas. Y a cuál más loca. Mientras veía Relatos Salvajes pensaba "¿cómo voy a dormir esta noche después de ver esto?" y, sin embargo, no he terminado tan traumatizada. Simplemente me he quedado sin palabras.
Creo que con el que peor lo pasé, fue con el relato protagonizado por Leonardo Sbaraglia. Pasé nervios, y no lograba descifrar cómo podría terminar su historia. Creo que en casi todos los relatos me llevé alguna sorpresa, y me metí tanto en todas las historias que pasé por una variedad bastante importante de estados anímicos.
Me ha gustado el guión, me ha gustado el trabajo actoral, y el uso de la cámara en determinados momentos me ha gustado muchísimo. Relatos Salvajes es exactamente lo que su título promete, y es un viaje bastante entretenido. Quizás no apta para sensibles, pero una muy buena película.
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