Under the Skin no es una película que recomendaría a cualquiera. Por momentos me recordó a las sensaciones que me provocó Holy Motors (otra película que reconozco que no es para el "espectador promedio"), y al terminar me he quedado con una sensación de tristeza bastante importante.
Creo que Under the Skin ha sonado tanto porque permite al espectador conjeturar. Hay escenas en las que seguro unos cuantos han encontrado simbolismo; pero en este caso simplemente me dediqué a observar. No quise interpretar lo que la historia me contaba, sino acompañar la acción.
Scarlett Johanson me ha gustado mucho. Su personaje me ha resultado intrigante y vulnerable a partes iguales. Fue capaz de conseguir decir mucho con un mínimo gesto (y muy pocos son los que tiene durante la película), de transmitir muchísimas cosas de una forma muy sutil.
Me he quedado con unas cuantas preguntas (¿quién era el tipo de la moto?); pero, por sobre todo, me he quedado triste. Al principio, el personaje de Scarlett me daba miedo y rabia (sentí mucha rabia con lo del bebé y con lo del chico que recoge antes de escapar); pero a medida que avanzaba la historia, comenzó a darme pena. Una pena que se ha quedado conmigo gracias al final de la película. Momento en el que, por cierto, sentí muchísima rabia e impotencia.
Por ahí he leído que Under the Skin es lo que habría sido Species (Roger Donaldson, 1995) si hubiera sido dirigida por Michelangelo Antonioni. Y, ¿sabéis qué? Creo que es la descripción perfecta.
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