Tenía muchísimas ganas de ver Inherent Vice, los trailers y todo lo que había leído habían despertado en mí unas ganas terribles de verla. Y cuando al final pude hacerlo, me di cuenta de que esperaba algo completamente diferente a lo que realmente era la película.
Una vez superada la "desilusión", me dediqué enteramente a fascinarme con el trabajo de Joaquin Phoenix. Últimamente disfruto muchísimo de sus interpretaciones, y la verdad es que me alegra que aquello de retirarse no fuera cierto.
Por lo demás, Inherent Vice me ha resultado la típica película de Paul Thomas Anderson. Quizás un poco más dinámica que otros títulos de su filmografía, pero una película muy dentro de su estilo. Que no es malo, porque me gusta su cine. Creo que tanto hype no me permitió disfrutarla a tope, y quizás sea conveniente volver a verla.
He leído por ahí que recomiendan verla más de una vez, ya que dicen que en un primer visionado no se logrará captar todo. Lo cierto es que eso suele ocurrir con el cine de Paul Thomas Anderson: en varias conversaciones sobre alguna de sus películas he recomendado un segundo visionado, y yo misma lo he hecho en más de una ocasión. Puede que esta vez ocurra lo mismo, e Inherent Vice termine de conquistarme cuando vuelva a encontrarme con la historia de Doc.
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