He visto St. Vincent unas cuantas veces, aunque con diferentes protagonistas y circunstancias. La historia no es nueva, de hecho resulta extremadamente predecible. Pero eso no quita que sea una historia bonita y que emociona (sí, llevaros pañuelos a la sala, que es una de esas historias).
Bill Murray está tan maravilloso que sólo por él merece la pena verla. Apenas al empezar, justo en una escena en la que está bailando, no pude evitar decir: "este señor merece una nominación al Oscar por esta película". Aún no había visto prácticamente nada y ya me había conquistado. Y continuó haciéndolo durante el resto de la cinta. Por eso, después de haberla visto y esperarme a procesar lo visto, repito: Bill Murray se merece una nominación al Oscar por su trabajo en St. Vincent.
Otra cosa positiva de a película, al menos en mi caso, es que me gustó muchísimo Naomi Watts. Me suele costar bastante ver sus películas porque ella no termina de gustarme, y sin embargo en St. Vincent me hizo reír muchísimo y me encantó su interpretación (que, por cierto, preparó ¡viendo vídeos en YouTube!). Al menos ahora estaré más dispuesta a ver sus películas, especialmente cuando se trate de comedias.
Así que ya estáis avisados: St. Vincent no os contará nada nuevo, pero os lo pasaréis en grande con Bill Murray y Naomi Watts.
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