El apellido Fonda nació de inmigrantes procedentes de Génova (Italia) que se asentaron en los Países Bajos durante el siglo XV. Algunos miembros de esa familia formaron parte de los primeros en emigrar a lo que hoy se conoce como New York (Estados Unidos) en 1642, y fueron los que le dieron el nombre al pueblo de Fonda, en el estado de New York.
A finales del 1800, la mayoría de los descendientes de la familia, que habían continuado la costumbre de emigrar, residían en el estado de Nebraska. Allí es donde nació Henry Fonda, el primero de la familia en conocer el estrellato en Hollywood.
Henry nació el 16 de mayo de 1905, en Grand Island (Nebraska). Sus padres eran William Brace Fonda, un trabajador dedicado a la publicidad y la imprenta, y Elma Herberta Jaynes.
Henry no soñaba con ser actor: quería ser periodista y, mientras lo conseguía ayudaba a su padre en la imprenta. Su hobby era dibujar. A los 20 años debutó como actor en la Omaha Community Playhouse, después de que Dodie Brando -la madre de Marlon Brando- le convenciera de probar conseguir un papel. La obra era You and I, y Henry interpretaba a Ricky.
El escenario le gustó, al igual que todo lo relacionado con el teatro. Su afición continuó, y cuando obtuvo el papel principal en Merton of the Movies descubrió que podía dedicarse a ello completamente. Fue entonces que decidió abandonar su trabajo y probar suerte con la actuación.
Se mudó a Cape Cod, donde obtuvo un papel en la Cape Playhouse; y de allí a Falmouth, donde se unió a la compañía University Players. Después, decidió probar suerte en New York junto a un colega de la compañía: James Stewart. Ambos compartieron piso y trabajaron en Broadway durante los años de la Gran Depresión.
Henry Fonda obtuvo su primer papel en Hollywood en 1935: el protagónico junto a Janet Gaynor en The Farmer Takes a Wife (papel que también interpretó en Broadway). Su colega Stewart pronto se unió a él en Los Angeles. Allí también compartieron piso, y fueron vecinos de Greta Garbo.
La crítica adoraba a Fonda, quien continuó con papeles protagónicos en I Dream Too Much (1935), The Trail of the Lonesome Pine (1936) -la primera película en Technicolor rodada en exteriores-, The Moon’s Our Home, You Only Live Once (1937), Jezebel (1938), Young Mr Lincoln (1939), Jesse James (1939) y Drums Along the Mohawk (1939). A finales de los años treinta ya había trabajado junto a Bette Davis, y bajo las órdenes de Fritz Lang y John Ford.
El éxito con la crítica le consiguió el papel de Tom en The Grapes of Wrath (1940) y un contrato por siete años con la Twentieth Century-Fox. Y el papel de Tom, una nominación al Oscar. Su carrera continuó con papeles protagónicos en The Return of Frank James (1940) junto a Gene Tierney, Preston Sturges' The Lady Eve (1941) y Rings on Her Fingers (1942) junto a Barbara Stanwyck.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se tomó un descanso de la actuación para unirse al ejército americano. Después de la guerra, decidió continuar su sabático y disfrutar de las fiestas de Hollywood.
En 1946 regresó al cine interpretando a Wyatt Earp en My Darling Clementine (1946), nuevamente bajo las órdenes de John Ford. Una vez completó su contrato con la Fox, decidió retornar a Broadway. En 1948 ganó un Tony por su interpretación en Mister Roberts.
En 1955 volvió al cine reinterpretando su papel de Mister Roberts junto a James Cagney y Jack Lemmon. Durante el rodaje de la película tuvo un encontronazo con John Ford, y juró no volver a trabajar para él. La pelea con Ford no afectó su carrera: en 1956 rodó War and Peace junto a Audrey Hepburn, y The Wrong Man bajo las órdenes de Alfred Hitchcock.
En 1957 produjo y protagonizó 12 Angry Men, dirigida por Sidney Lumet. La película obtuvo nominaciones al Oscar y los Golden Globes, y le valió un BAFTA al Mejor Actor. La película fue un desastre económico a pesar de los premios, y Fonda prometió no volver a producir por miedo a que afectara su carrera. No cumplió con su promesa: en 1959 produjo la serie para televisión The Deputy, la que también protagonizó.
Su carrera en los años sesenta se centró, mayoritariamente, en películas de guerra y westerns: The Longest Day (1962), How the West Was Won (1962), Fail-Safe (1964), In Harm’s Way (1965), Battle of the Bulge (1965), entre otras.
Durante los setenta, Fonda continuó trabajando en teatro, cine y televisión. En 1973 obtuvo una nominación a los Emmy por la serie de tv The Red Pony, y en 1974 una nominación a los Tony por su papel en Clarence Darrow.
En 1974 tuvo un colapso durante una presentación en Broadway, y poco después fue diagnosticado cáncer de próstata. En 1975 regresó a Broadway y continuó trabajando hasta 1978, cuando por consejo de sus médicos decidió retirarse del teatro.
Para finales de los setenta, la carrera de Fonda dio un giro: se dedicó al cine catástrofe. Pero no era el único que buscaba suerte en el género: compartió cartel con una joven Helen Hunt, Olivia de Havilland, Sean Connery, Natalie Wood, Ava Gardner y Brooke Shields.
Cada vez se tomaba descansos más largos entre películas por motivos de salud. Los críticos tomaron nota de que era hora de reconocer su carrera: en 1979 entró en el Salón de la Fama del Teatro americano.
Pero Fonda no pensaba en retirarse. En los ochenta se dedicó mayoritariamente a la televisión; pero también obtuvo un Oscar y un Golden Globe por su trabajo en On Golden Pond (1981). No pudo recogerlos por motivos de salud. Su último rol fue en televisión: Summer Solstice (1981), un drama rodado poco después de On Golden Pond.
Henry Fonda murió el 12 de agosto de 1982. No tuvo funeral, porque así lo quiso. Se había casado cinco veces, y tuvo tres hijos. Con su tercera esposa, Frances, tuvo a Jane y Peter, quienes también se dedicaron al cine con éxito. De ellos, y de los demás miembros de la familia que se dedicaron al cine, os hablaré en las próximas semanas.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Habla! ¡Te leo!