Creo que es bastante difícil ver Gone Girl y no quedarse con una sensación muy fea. No porque la película sea mala, sino porque la historia que cuenta da muy mal rollo. Y esa es justamente la intención de David Fincher.
Sabía muy poco sobre el libro, algo que encontré positivo porque cuando empecé a ver la película no esperaba nada más que el misterio de la esposa perdida. Me tomó por sorpresa sospechar tan pronto la resolución del misterio, y me encontré reflexionando sobre muchísimas cosas cerca del final.
Gone Girl despista completamente acerca de la historia que va a contar, hace pensar y acompaña perfectamente algo que había leído sobre Gillian Flynn (la escritora de la novela y guionista de la película): cuando comenzó a escribir ambos personajes le caían bien, pero a medida que avanzaba en la historia se dio cuenta que realmente no eran tan buenos como pensaba. Al final, aunque haya "un malo", el "bueno" tampoco es tan bueno.
Algo que esperaba con muchas ganas era la banda sonora, pero resultó que me metí tanto en la historia que al final apenas le presté atención. No ocurrió lo mismo con el trabajo de cámaras, algo que me flipa del cine de Fincher y que no me decepcionó.
Me gustó mucho Rosamund Pike, y también me gustó Neil Patrick Harris. Ben Affleck me resultó un poco soso, pero quizás era la intención de Fincher: que no termináramos de leer a su personaje y que no conectáramos con él. Al final, no pude sentir pena cuando pensaba que debía, ni por Nick ni por Amy Dunne.
Las más de dos horas que se ha tomado Fincher para contarnos la historia no se me hicieron largas, y el resultado me gustó. Gone Girl es una película que cumple, con el estilo característico de David Fincher. Lo único que me faltó fue algo que realmente me fascinara, que me dejara de boca abierta como lo han hecho otras películas del director. Pero, aunque me fallara eso, Gone Girl me ha gustado.
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