Para que se tome en serio a un actor, éste suele escoger papeles duros, dramáticos. Esa es la receta que sigue Vanessa Hudgens con Gimme Shelter. Y, para mi sorpresa, el resultado es bastante mejor de lo que imaginé (realmente no le tenía mucha fe a la chica).
A pesar de basarse en hechos reales, la historia me resulta un poco irreal: la hija de una prostituta adicta escapa de su madre y decide pedir refugio a su padre, que ahora trabaja en Wall Street y vive en un palacete. Pero, claro, la mujer de su padre no la quiere. Y el hecho de que este embarazada no ayuda.
La vida de su personaje no ha sido nada fácil: ha pasado por varios refugios, han abusado de ella... Vamos, el paquete completo. Pero, no temáis: ya sabéis cómo terminan estas historias en el cine (no cuenta como spoiler, ¿verdad?).
Posiblemente lo mejor de la película sea Rosario Dawson. En las pocas escenas que aparece, mete miedo y deja su huella. Vanessa Hudgens cumple con su papel aunque, debido a lo predecible de la historia y el papel que interpreta, no terminó de convencerme.
El resultado me ha recordado a una tv movie: pasteloso, irreal, predecible. Sé que es difícil resumir en poco menos de dos horas una historia con tantos detalles, pero quizás me habría gustado que no diera un giro tan radical de una escena a la siguiente, que fuera más realista a la hora de narrar el embarazo y parto de una adolescente.
Al final uno se queda con la idea de que su padre no tenía interés en ella. Que sólo aparezca en determinados momentos y de repente sea el padre del año… pues no me lo creo. Creo que se ha intentado resumir demasiado y se han quedado detalles que podrían haber resultado interesantes por el camino.
Después de ver Gimme Shelter entiendo por qué no ha sonado, y no me sorprenderá cuando llegue una tarde de domingo en la que me la encuentre por casualidad en tv.
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