Es recordada por comenzar con, posiblemente, una de las escenas más memorables de la Historia del Cine. Además, Touch of Evil (1958) tiene un detrás de cámaras de lo más interesante, incluido un memo de 58 páginas con indicaciones para montar la película. Por eso, hoy he decidido contaros un poco más sobre ella.
Inicialmente, Welles no quería trabajar en Touch of Evil. Estaba obligado por contrato, por lo que tuvo que aceptar. Pero fue contratado para actuar en la película, no para dirigirla. Charlton Heston entendió que iba a dirigirla, y eso fue lo que exigió. Se ofreció a Welles el puesto a cambio de que sólo cobrara por su trabajo como actor.
Welles no había leído la novela en la que está basada la película (“Badge of Evil”), y decidió hacer varios cambios en el guión: el personaje de Heston pasó de ser un abogado de distrito a convertirse en un agente de narcóticos mexicano, la nacionalidad del personaje de Janet Leigh cambió de mexicana a norteamericana, y la localización de la historia (originalmente en un pequeño pueblo de California) se movió a un pueblo en la frontera de México con Estados Unidos.
La primera escena de la película tardó en rodarse una noche entera: el actor que interpretaba al oficial de aduanas no lograba decir sus líneas correctamente. Cuando ya estaba amaneciendo, Welles decidió hacer una última toma, y le pidió al actor que si no recordaba sus líneas simplemente moviera la boca: se doblaría posteriormente. Esa es la toma que vemos en la película.
El agente de Janet Leigh rechazó su papel sin consultarla porque consideraba que le ofrecían un salario muy bajo. Pero no contaba con la astucia de Orson Welles, que había enviado una carta a Leigh diciéndole lo mucho que deseaba comenzar a trabajar con ella. Leigh se enfrentó a su agente y aceptó el papel: trabajar con Orson Welles le interesaba mucho más que el salario que pudiera recibir. La actriz se quebró un brazo antes del rodaje, y lo mantenía escondido de la cámara. Le quitaron la escayola solamente para las escenas del motel, y la reemplazaron por una nueva al terminar.
El papel de Dennis Weaver fue escrito específicamente para él: Welles le admiraba y quería trabajar con él. La aparición de Mercedes McCambridge surgió de un almuerzo: Welles la convenció de rodar una escena, le cortó el pelo y le pidió que dijera “I wanna watch” (quiero ver). La aparición de Marlene Dietrich se mantuvo como un secreto aún al estudio: se trataba de un favor especial a Welles, para el que cobraría un salario mínimo. Los ejecutivos descubrieron el secreto, decidieron darle crédito a la actriz, y finalmente le aumentaron el salario.
El objetivo de Orson Welles era que Touch of Evil enfadara a la audiencia por lo confusa de la historia. Rodaba por la noche para evitar la presencia de los ejecutivos del estudio. Finalmente, no pudo evitar que el estudio decidiera meter mano, cambiando su película.
Primero le despidieron durante la postproducción, y solicitaron volver a rodar algunas escenas con otro director: Harry Keller. Charlton Heston se negó a trabajar con otro director, retrasando el rodaje un día. Finalmente tuvo que ceder, y compensar al estudio con 8.000 dólares. Cambiaron varios minutos de cinta, y la convirtieron en una película más oscura de lo que Welles tenía en mente.
El director vio Touch of Evil una vez, y decidió escribir un memo solicitando cambios. El memo de 58 páginas se “perdió”, y la película se estrenó acompañando una de Harry Keller, The Female Animal (1958). El memo “perdido” reapareció gracias a Charlton Heston, y a partir de él se hizo un nuevo montaje que se estrenó en 1998. Entre otros cambios, Welles pedía que los créditos salieran al final de la película solamente, para no distraer a la audiencia durante la ya famosa escena inicial.
Para terminar, os dejo un documental (en inglés) sobre el rodaje y la restauración de Touch of Evil:
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