Cuando era pequeña, mi padre me llevó a alguna carrera de coches. Apenas tengo recuerdos de esas carreras, pero tengo fotografías. Y se ven exactamente como vi Rush, de Ron Howard. La película, que cuenta la historia de dos pilotos que estuvieron en activo antes de que naciera, me recordó por qué me fascinó ese universo que tanto gusta a mi padre: la Fórmula 1.
La historia de Niki Lauda y James Hunt me emocionó. Me gustó cómo interpretó el antagonismo entre ambos personajes y la relación que mantuvieron durante el tiempo que fueron rivales en las pistas. Disfruté con cada detalle, con el trabajo de Daniel Brühl. Rush me ha parecido una belleza de película. Ha logrado tocarme la fibra, y estoy segura de que no me ha ocurrido sólo a mí.
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