El fenómeno Veronica Mars pareció poner de moda en crowdfounding. Creo que solamente probó que cuando muchos quieren algo pueden conseguirlo. Y que hay una alternativa para llegar a tu público cuando la industria te da la espalda.
Quería ver que había hecho Rob Thomas con el dinero y las ilusiones de sus fans. Y quería saber que ocurría en la película de uno de mis personajes favoritos de la televisión. Quería volver a Neptune.
Mi mayor miedo era que se perdiera la magia de la serie. Que el reencuentro con Neptune no se sintiera igual. Sin embargo, el reencuentro se sintió como si no hubieran pasado los años: los personajes, los diálogos, todo se sintió tal y como era en la época en que seguía las investigaciones de Veronica por tv.
Me encantó la aparición de James Franco. El chico no sólo sabe reírse de si mismo, sino que participa encantado de una película en la que su imagen en la cultura popular forma parte del guión. Muy buen cameo, que está muy bien colado en el guión.
Pero lo que más me gustó de Veronica Mars fue sentir que volvía a ver la serie. Que los personajes y sus historias habían continuado camino por nueve años, y que el mundo no se había detenido cuando la cancelaron.
Me lo pasé genial reencontrándome con Neptune, me gustó mucho descubrir que Veronica no había cambiado, y me ha gustado que al fin tengamos una especie de final de una historia que nos habían truncado. Y digo “especie” porque el final deja abierta la puerta a una secuela. Confieso que más que una secuela, me gustaría que la historia continuara en tv.
Por cierto: en los créditos hay sorpresas, así que nada de cortar la peli hasta que los hayáis visto todos.
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