“No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”. Imagina que estás de fiesta y despiertas para descubrir que te han raptado. A ti y a tu familia. Os van a separar. Y no sólo eso: no hay manera de escapar, porque ahora serás propiedad de alguien. No podrás hacer nada de lo que quieres, no podrás pensar y expresar lo que piensas libremente, y al mínimo error que cometas te castigarán con cien latigazos. Eso es lo que ocurre al protagonista de 12 years a slave.
12 years a slave cuenta la historia de un esclavo que supo lo que era la libertad antes de perderlo todo. Y por eso se diferencia de otras películas que tratan el mismo tema. Lo que él vive no se aleja demasiado a otras historias que ya nos han contado: los personajes son similares a los de otras plantaciones de otras películas, el sufrimiento es el mismo. Sin embargo, este protagonista sabía lo que era vivir con los privilegios que otros esclavos no conocían. Él estaba acostumbrado a un estilo de vida que le arrebatan, y quizás antes no era realmente consciente de lo que estaba ocurriendo a otras personas.
Eso fue lo que me resultó interesante de 12 years a slave: que, aunque tiene muchísimos puntos en común con todas las demás películas sobre la esclavitud en los Estados Unidos, uno puede llegar a identificarse con el protagonista. Esta película obviamente que busca mostrarnos la injusticia, pero pretende que nos pongamos en el lugar del protagonista. Pretende que reflexionemos, no solamente que sintamos pena por lo que vemos. Creo que Steve McQueen no apuntaba a darnos un discurso sobre el racismo, la injusticia y la segregación; sino a decirnos: “a ti también podría pasarte”.
Quizás no somos conscientes de que aún hoy hay personas que son raptadas, privadas de su libertad, vendidas y maltratadas. Personas a las que se las considera inferiores porque son diferentes, porque (insertar excusa aquí), y que otras personas explotan y maltratan. La esclavitud fue abolida, pero el racismo y la segregación siguen existiendo aún hoy. Aún hoy se viven historias como la de Solomon. Aún hoy te encuentras con personajes como los de 12 years a slave. No sé si alguien más ha hecho esta conexión, y tampoco sé si realmente Steve McQueen buscaba dar este mensaje, pero esta es mi reflexión después de verla.
A nivel actoral, Michael Fassbender me ha gustado mucho. Él y McQueen se entienden a la perfección, y el segundo sabe sacar lo mejor del primero. Chiwetel Ejiofor me gustó. Su papel no es muy diferente de otros que ya he visto; pero hay un momento en que dirige la mirada al espectador, un instante en que conecta con nosotros, y en ese instante su mirada lo dice todo. Y eso es lo que consigue dejar huella y diferenciarlo de otros tantos papeles similares. Debo decir que se hizo tanto ruido con el trabajo de Lupita Nyong’o que esperaba mucho más. La chica lo hace genial, es desgarradora cuando debe; pero no destaca tanto como esperaba. Podéis matarme, pero es lo que pienso.
12 years a slave me ha gustado. Era casi lo que esperaba –confieso que la esperaba aún más dura sabiendo que estaba dirigida por McQueen. Aún no sé si para mí es la película del año; pero claramente es de las favoritas de los que votan, y tiene muchas opciones de ganar. Posiblemente sea la que gane el Oscar, pero no sé si estaré de acuerdo. Sí reconozco que es una buena película y que invita a pensar. Le daré un par de días más para ver si me pasa como con otras películas del director, en las que los personajes (y sus miradas) se quedan conmigo.
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