Tenía una cuenta pendiente: ver el primer largometraje de George Lucas. Por alguna razón, tanto Lucas como Spielberg no terminan de gustarme como directores. El segundo me gusta como productor, y el primero como productor y guionista.
Pero American Graffiti había sido un buen ejercicio para acercarme al joven Lucas, y THX 1138 me interesaba porque habla de una sociedad distópica y del típico romance prohibido entre los protagonistas. Imaginaba que sería una versión setentera y sencilla de Gattaca, una de mis películas favoritas.
THX 1138 nació como un cortometraje en la época en que George Lucas estudiaba Cine. Rodó el cortometraje de 15 minutos en 1967, y lo bautizó Electronic Labyrinth: THX 1138. Podéis verlo en el DVD del corte del director de THX 1138, y como dato curioso, os cuento que una copia del cortometraje está archivada en la Biblioteca del Congreso norteamericano.
Electronic Labyrinth: THX 1138 ganó un premio en el Festival de Cine Estudiantil de New York y, también, la atención de Steven Spielberg. Posteriormente, con la ayuda de Francis Ford Coppola, George Lucas decidió rodar el largometraje.
No quise ver el cortometraje antes de ver el largometraje. De hecho, aún no lo he visto. Necesito tomarme tiempo para procesar lo que vi, y sentarme a ver el corto intentando verlo como si no supiera quién es THX.
Volviendo al largo, la estética me pareció perfecta. Me encantó ese mundo distópico que creó George Lucas. Pensaba que me encontraría con una visión más amateur del Siglo XXV, pero olvidaba que estaba viendo el trabajo de un hombre que aparentemente no fue amateur jamás. Me arriesgo a decir que American Graffiti parece más ópera prima que THX 1138.
La relación entre THX y LUH me recordó a Gattaca, sí, pero también me hizo conectar con una historia mucho más antigua: la de Adán y Eva. ¿Por qué me recordó a Adán y Eva? Quienes habéis visto THX 1138 seguro habéis hecho la conexión. Los que no, os aviso que viene un SPOILER.
He relacionado ambas historias por el hecho de que sea LUH quien primero se rebela ante el sistema, que ella le cambie las píldoras, y que ella sea quien paga peor el castigo por lo ocurrido. Creo que no hace falta recordaros la historia de Adán y Eva, y el hecho de que Eva -la mujer- sufra más que el hombre las consecuencias de sus actos (el parto, por ejemplo).
No quiero meterme a analizar más al respecto, pero mi interpretación de la película me llevó a verla como una crítica a la religión. Supongo que no debo ser la única que lo ha visto: lo de Adán y Eva, los confesionarios donde el dios contesta con mensajes grabados, la elección de “compañeros” que no depende de uno, la actitud de SEN… Por supuesto que con las drogas para controlar el comportamiento y las emociones, la casa vacía con esa especie de televisión holográfica, etc.critica a la sociedad capitalista; pero también creo que critica la religión.
Y ese final… buf. Cuando “emerge” Robert Duvall y le vemos allí, en libertad, con el sol de fondo. Me ha encantado ese final. Además, después de ver tanto blanco y tanta oscuridad, ver eso es perfecto. Eso, que te invita a reflexionar acerca de la vida que estás llevando y te hace pensar en la falta de humanidad que hay en este mundo.
Lo cierto es que la película se ha quedado conmigo de algún modo, al punto en que he estado cuestionándome muchas cosas y me he quedado un poco deprimida. Me sorprende, no esperaba sacar tanto de la ópera prima de George Lucas.
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