Desde su estreno en Cannes, todas las personas que han visto Only God Forgives tienen una opinión bastante radical acerca de ella: quienes la odian han dicho que se trata de lo peor que han visto, y los demás creen que se trata de una obra maestra. Aparentemente los primeros son más, al punto en que temí estar de acuerdo con ellos. Y me sorprendí encontrándome entre los segundos.
Quizás no la clasificaría de obra maestra, pero Only God Forgives me pareció brutal. “Brutal” es justamente la palabra más perfecta que encuentro para describirla: es directa, es cruda, y es bellísima. La fotografía me encantó, la actuación de Ryan Gosling y Kristin Scott Thomas me enamoró, y el estilo me pareció de lo más interesante. Mientras la veía pensaba en el cine asiático, pensaba en Jodorowsky, y entendía por qué no conquistó a todo el mundo.
Only God Forgives no es una película fácil. Tengo la teoría de que Nicolas Winding Refn quiso hacer una especie de secuela de Drive; pero hacerla de un modo completamente diferente. La violencia aumenta, quizás sea demasiada para algunos. Yo la encontré poética. El personaje del policía (Vithaya Pansringarm) me pareció de lo más interesante y me hubiera encantado poder hurgar más en su vida, saber cuánto tenía en común con el personaje de Ryan Gosling. Me quedé con ganas de saber más, y me quedé fascinada con lo que vi.
Me recordó la primera vez que vi cine asiático, ese estilo y esas historias, esa cultura tan diferente a la nuestra. Me gustó ver que un occidental puede contarnos ese tipo de historias, con ese estilo, y hacerlo del mismo modo que ellos sumándole su toque personal sin que la historia falle. Entiendo que eso no puede gustar a todo el mundo, y por eso entiendo que muchas personas criticaran Only God Forgives.
No puedo hablar con propiedad del cine del director porque no he visto todo lo que ha hecho, pero aún si ahora ha encontrado esta forma de contar historias me parece que ha dado en el clavo. Only God Forgives no es mala, es diferente. Drive también lo es. Drive tampoco gustó a todos. Lo interesante es que el trabajo de Nicolas Winding Refn no ha pasado desapercibido, y creo que eso es lo destacable. Para bien o para mal, a todos nos ha generado algo. Y esa debe ser la intención de todo cineasta.
Only God Forgives llegará a las salas españolas en noviembre. Hasta entonces, os invito a ver cine asiático y también algo de Alejandro Jodorowsky si aún no lo habéis hecho.
Enhorabuena.
ResponderEliminarAún sigo pensando si el personaje de Gosling era retrasado o si le obligaron a actuar para que así lo pareciera, o si, simplemente, le dijeron que pusiera cara de anuncio de perfume kitsch.
Estética apabullante, aunque eso no lo es todo en una película y muy buenos los personajes del policía/cantante y la madre (estupendo cambio de registro de Scott Thomas)