Siempre digo que la película adecuada llega en el momento justo, y ¡oh, casualidad! Peppermint Stalks ha llegado en el mejor momento a la mía. Y lo ha hecho combinando tres cosas que me gustan mucho: stop-motion, dulces y… el punto justo de sangre. Sí, como he dicho: SANGRE.
Que terminéis la semana con una sonrisa.
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