Desde que vi el trailer de Twixt tenía mucha curiosidad en verla. Primero, porque Francis Ford Coppola me encanta. Segundo, porque no entendía muy bien qué iba a ver. Tercero, porque había amado Tetro, y esperaba de algún modo ver algo similar.
Digamos que me encontré con algo… que me sorprendió. Coppola y los vampiros no era algo nuevo, pero no esperaba encontrarme con algo similar a Secret Window. No esperaba ver lo que vi. Estéticamente me encantó: la fotografía, el vestuario. En cuanto a guión, me pareció muy similar a algo que ya he visto (por ejemplo, la serie American Horror Story). De Tetro, nada. Eso me pasa por mirar cine con expectativas, quizás. No sé, no se me hizo muy Coppola. Se me hizo, quizás, demasiado “sencilla”.
Me cuesta reconocer que una película de un director al que admiro me ha parecido floja; pero debo reconocer que Twixt me dejó un poco fría. Recuerdo cuando fui a ver Tetro y era una de las pocas personas que salió enamorada de la sala. Recuerdo que estuve días pensando en ella, recordando las imágenes que me había regalado. Aún hoy suspiro cuando recuerdo los primeros planos y el brillo en los ojos de Vincent Gallo. ¿Por qué no me regalaste lo mismo, Francis? Visualmente quizás me hiciste un regalo, pero no me dejaste suspirando, y dudo que en un par de años recuerde Twixt y me den muchas ganas de verla…
Comentarios
Publicar un comentario
¡Habla! ¡Te leo!