Uma Thurman y Christina Ricci eran dos razones para ver Bel Ami. Comprobar si Robert Pattinson tenía más registro de lo que había visto hasta ahora era otra. La última, que se trataba de una película de época, basada en una novela. La primera y la tercera razón casi valieron la pena, la segunda… no. Seguí viendo lo mismo que vi hasta ahora. Un exceso de gesticulación y sobreactuación, con restos del vampiro ese al que interpreta. No sé, no le creí un pelo el personaje. Espero que en Cosmopolis me cierre la boca, de verdad. La niñita me pareció muchísimo mejor… Sí valoro el intento, hubo momentos en los que casi le creo; pero fueron muy pocos.
De hecho, toda la película se me hizo pesada, aburrida, y superficial. Superficial en el sentido que no ahonda en los personajes, no logré empatizar con ninguno, ni comprenderlos. La vi con curiosidad de ver qué resultado surgía de esas tres razones que os comenté, y me quedé con gusto a poco. Pasó una hora y media de mi vida, sin pena ni gloria. Tengo hasta ganas de pedir que me la devuelvan.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Habla! ¡Te leo!