“You know, sometimes all you need is twenty seconds of insane courage. Just literally twenty seconds of just embarrassing bravery. And I promise you, something great will come of it.” (Sabes, a veces todo lo que necesitas son 20 segundos de locura y coraje. Sólo veinte segundos de valor. Y, te prometo, algo bueno surgirá de ello.)
Amo a Cameron Crowe y a su cine. Tiene esa capacidad de engancharme, de hacerme reír y llorar, de enamorarme con su cine. Por eso, seguí atentamente cada imagen y cada anécdota del rodaje de We Bought a Zoo que compartió en Twitter y Facebook. Y tenía muchas ganas de verla, como siempre que se estrena algo suyo. Además, hacía tiempo que no tenía tantas ganas de ver una película de Matt Damon (creo que lo último que esperé tanto de Matt fue The Departed).
We Bought a Zoo es una película sobre un periodista que pierde a su mujer, deja su trabajo y decide mudarse al campo. Y comprar un zoológico. Hasta la parte del zoológico digamos que era una idea que no tenía nada nuevo, y el comienzo de la película prácticamente no tiene nada de nuevo. Sin embargo, lo de incorporar el zoológico me resultó “muy Cameron Crowe”: imaginaba que no le daría el tratamiento al que estamos acostumbrados. Porque Cameron Crowe, dentro de los directores menos arriesgados, es capaz de darnos momentazos que parten de escenas con niños casi superdotados dentro de coches (sí, en esta película también hay de esas).
No negaré que había algunas cosas que no terminaban de convencerme: no me gusta ver animales en el cine, menos si sufren; no me gustan los zoológicos (ni los circos, pero suelo aceptar verlos en el cine); y tenía miedo que la película fuese demasiado “familiar”, por decirlo de algún modo. Cuando vi al león, tuve miedo. Pero cuando vi cómo retrataba a ese león, cómo hablaba de salvar a esos animales, quise seguir adelante.
Reconozco que me resultó simpático ver a Matt Damon en el papel de padre. Además, me alegra verle a él y no a Ben Stiller -quien fue primera opción-, porque creo que no habría sido lo mismo. Y confieso que no pude ocultar la emoción al ver al grupo de actores que interpretaban a los empleados del zoológico: Scarlett Johansson, Elle Fanning y Patrick Fugit.
Me encantó Scarlett Johansson, porque su papel era completamente diferente a lo que se espera de ella (una mujer fuerte, natural y sencilla, con un dejo masculino). Me encantó su voz, el maquillaje, el vestuario. Y ella me resultó cómoda y natural en su papel. Si bien me da curiosidad saber cómo lo habrían hecho las otras opciones (Amy Adams, Mary Elizabeth Winstead y Rachel McAdams), creo que Scarlett fue una decisión acertada.
Con Elle Fanning no esperaba mucho más de lo que vi en Somewhere, simplemente porque su papel era el de una chica alegre y sencilla. Y no me desilusionó, aunque estaba claro que no iba a ocurrir. Sólo que me ha despertado la necesidad de verla hacer algo completamente diferente; pero para eso está Twixt (Francis Ford Coppola), que aún no he visto. Y a Patrick Fugit me encanta verle, porque verle me recuerda cuánto me gusta Almost Famous, y es como ver a un viejo amigo. Aunque su papel sea totalmente secundario y apenas salga en pantalla.
Sorprendentemente, me encantó ver a los actores interactuar con los animales. Especialmente a Matt Damon. Y no tuve la sensación de que los animales lo pasasen mal durante el rodaje (aunque dudo que sea así, por más que lo intenten). Cameron Crowe tiene la capacidad de hacerme simpatizar con gente que me cae muy mal (Tom Cruise), así que no me sorprendió descubrirme sonriendo y simpatizando con todos de los personajes y los actores que los interpretaban.
La banda sonora me encantó, como siempre (podréis ver la lista completa de canciones de la película aquí). Es uno de los elementos de la filmografía de Cameron Crowe que más me gustan. Nunca falla. Y el guión, perfecto como todos sus guiones. Como siempre, no me decepcionó. We Bought a Zoo es la típica película de Cameron Crowe, en el mejor de los sentidos. Es una película sencilla, que mueve, que emociona. Es una película que con muy poco se gana el cariño del espectador. Y es una película que ya está entre mis favoritas.
Para terminar, os dejo un dato curioso: cerca del final de la película, cuando se inaugura el zoológico, la primera familia en fila para entrar es la familia en la que está basada la película: Benjamin, Milo y Ella Mee. Benjamin Mee es el autor del libro a partir del cual Cameron Crowe y Aline Brosh McKenna escribieron el guión.
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