Ayer tenía ganas de ver una película de chicas. De hecho, quería ver algo del estilo de Bridget Jones. Así que recurrí a la casi infalible Taste Kid para que me recomendase algo. Había visto todas las que me recomendaba, menos Sliding Doors, y como soy de las pocas personas a las que les cae bien Gwyneth Paltrow, le di su merecida chance.
No está mal. El final, lejos de ser malo, me pareció interesante. Me gustó muchísimo el paralelismo, y me dejó pensando la moraleja: NO HAY QUE APURAR LAS COSAS BUENAS.
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