He vuelto a recaer en mi pequeña adicción: Audrey Hepburn. Y esta vez la he acompañado de un descubrimiento: ¡qué atractivo era Peter O’Toole!
Ayer y hoy de O’Toole
How to steal a million es una comedia clásica, que cumple con el requisito principal del buen cine: distraer al espectador. Con sencillez, picardía y ternura, los personajes nos cuentan una historia que en el mundo real sería casi imposible que ocurriera, y sin embargo nos convencen con sus actuaciones. Será que disfruto más del cine de antes, pero la verdad es que este film me alegró bastante el día.
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