The Descendants

The Descendants es una película que habla de cambios. De ajustes. El personaje de George Clooney debe enfrentarse a la pérdida de su mujer en la batalla contra el cáncer. Y de lo poco que queda de su familia. Debe vender la última tierra que le queda de sus antepasados, y debe despedirse de la familia que tuvo hasta el momento en que comienza la película.

Lo primero que sorprende es ver a Clooney hacer un papel completamente diferente a la imagen que tenemos de él. Con la nominación al Oscar y el Golden Globe en mente, por supuesto que analicé cada detalle de su actuación, intentando que el hecho de que su trabajo se aleje de su imagen habitual no influyese en mi opinión. Pero me costó mucho separar esa imagen de “hombre ideal” y no dejar que el papel que interpreta se vea influido por ello. No podía parar de pensar en cómo George Clooney de repente era más que ese tío irresistible para tantas mujeres, ¡era humano! ¡Y sufría! Y entonces me pregunté si no es por eso que se está ganando el aprecio de la crítica: por salirse de la imagen que todos tenemos.

Lo que realmente no entiendo, es por qué se eligió a Nick Krause (Sid). Su trabajo es malísimo, y contrasta demasiado con la naturalidad del resto de los actores en sus papeles. No sé si es que se pretendía que pareciese que iba drogado las 24 horas y no se logró, o si simplemente el chico no daba más de sí y no encontraron nada mejor. Sea como sea, su trabajo en la película contrasta negativamente con el resto y se destaca por ser de lo peor que he visto en pantalla. Sobre todo porque se trata de un papel secundario que es bastante relevante para la historia (en cierto modo).

En cuanto a aspectos técnicos, no noté muchas diferencias con otras películas de Alexander Payne. El paseo en coche me recordó mucho a Sideways, al igual que la fotografía. Supongo que serán sus recursos de estilo particulares. Se nota que Payne disfruta retratando paisajes, y combinarlos con historias íntimas. Quizás alguna que otra escena se me hizo un poco predecible, lo que no es malo.

La verdad es que me enfrenté a The Descendants con pocas ganas de que me convenciese de que merecía los premios obtenidos. Y me sorprendí a mí misma dándome cuenta de que estaba equivocada. Clooney resultó un actor más que correcto en su papel, y la historia es atrapante. Logré emocionarme con la historia que cuenta, me gustó lo que vi. A falta de ver el resto de las nominadas, creo que puedo decir que es una película que merece las nominaciones que tiene. Si merece los premios, eso lo sabré decir cuando vea todo.