Había leído que se trataba de una película especial. La recomendaban mucho, así que tenía muchas ganas de verla. Sin embargo, debido al tema de la historia, nunca estaba de ánimo para verla. Y una noche fría y ociosa, decidí que era hora de encontrarme con la historia del niño y su bicicleta.
Le gamin au vélo es la historia de un niño abandonado. Su padre le ha dejado en un orfanato, y Cyril (Thomas Doret) decide encontrarle. Cuando va a buscarle, descubre que en el piso donde vivían ya no hay nadie; pero el destino le tiene una sorpresa: alguien tiene su bicicleta. Con su bicicleta y la ayuda de la mujer que se la devuelve, Cyril comienza la búsqueda de su padre.
La relación de Cyril con Samantha (Cécile de France) es extraña, por decir algo. Me cuesta entender cómo una persona que no le conoce decide asumir su cuidado de la nada. Pero claro, sin este elemento la historia no podría haber funcionado (y tampoco es que sea algo extraño, muchas historias en la ficción comienzan así). De hecho, la relación resulta muy bonita, a pesar de que al principio no logre comprender cómo puede formarse de la nada.
En cuanto a la bicicleta, Cyril tiene una relación muy particular con ella. Todos, de pequeños, hemos tenido un juguete o una bicicleta a la que le tuvimos mucho cariño. La de Cyril no sólo es eso, sino que es lo único que le queda del padre. Y gracias a ella, comienza a relacionarse con gente que influye en su historia personal. No quiero entrar mucho más en el análisis de la historia para no soltar spoilers; pero ya sabréis por el título que la bicicleta es especial.
La sensación que me dejó es también un tanto extraña. Una especie de amargura, tristeza y pena. Pero como digo siempre, cuando una película nos despierta algo, es porque es buena. Así que confirmo que vale la pena verla.
ES CIERTO ES MUY BUENA.HAY QUE TENERLE PACIENCIA,NADA MAS.MUY BUEN POST
ResponderEliminar¡Gracias!
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