Hoy os quiero hablar de la que posiblemente sea la montajista (o editora) contemporánea más famosa: Sally Menke.
Sally JoAnne Menke nació en el estado de New York el 17 de diciembre de 1953. Estudió cine en la Universidad de New York y comenzó su carrera editando documentales para la CBS a principios de los ochenta, además de ser asistente de montaje de sonido en You Better Watch Out (Lewis Jackson, 1980).
Sally creía que montar documentales era una buena forma de empezar su carrera, y que la ayudaría a hacer un buen trabajo cuando saltara a la ficción. Y si bien dio el salto muy pronto con Cold Feet (Bruce Van Dusen, 1983), tardó unos siete años en volver a montar ficción. Fue con Teenage Mutant Ninja Turtles (Steve Barron, 1990).
Poco tiempo después, Sally se enteró de que un tal Quentin Tarantino buscaba un montajista barato, y se presentó a una entrevista con él. El proyecto se llamaba Reservoir Dogs, y fue el principio de una colaboración que duró unos 20 años.
Trabajar con Tarantino la ayudó a conseguir otro trabajo bastante interesante: se trataba de Heaven and Earth (Oliver Stone, 1993). Pero eso no significó que abandonaría al viejo Quentin, y muy pronto volvieron a trabajar juntos. Esta vez, en Pulp Fiction (1994). Y con Pulp Fiction llegó su primera candidatura al Oscar.
Sally continuó compaginando su colaboración habitual con Tarantino con otros proyectos: Mulholland Falls (Lee Tamahori, 1996), Nightwatch (Ole Bornedal, 1997), All the Pretty Horses (Billy Bob Thornton, 2000, la que también produjo), la animación João Mata Sete (Xaver Beauvois y Eugene John Bellida, 2000), Daddy and Them (Billy Bob Thornton, 2001), el corto D.C. Smalls (Alexandra Valenti, 2001), y -el último trabajo de su currículum- Peacock (Michael Lander, 2010).
Junto a Tarantino, firmó el montaje de las dos nombradas más arriba y Jackie Brown (1997), Kill Bill (2003 y la secuela de 2004), Death Proof (2007), e Inglorious Basterds (Quentin Tarantino, 2009). Esta última también le valió una nominación al Oscar.
Un golpe de calor fue el culpable de que la carrera de Sally se acabara tan pronto (falleció en 2010), y que siempre nos preguntemos qué habría sido de ella de no haber sucedido aquel accidente. Varios se atreven a decir que la carrera de Tarantino no habría sido la misma sin Sally (y que desde que ella no está, su carrera va en picado). Sólo el tiempo podrá demostrarlo. Mientras tanto, os dejo con el último “Hi Sally” que Quentin y su equipo le dedicaron:
Comentarios
Publicar un comentario
¡Habla! ¡Te leo!