Hay que decir que el arte promocional de The Dressmaker y la campaña que ha acompañado el estreno de la película no le hacen justicia. Decidí darle una oportnidad porque me encanta Kate Winslet y, a pesar de que la sinopsis de la película tampoco me decía nada, algo me decía que tenía que verla. No me equivocaba: me lo pasé en grande viendo The Dressmaker.
La estética, el guión, la fotografía, el vestuario (por supuesto), Kate, Judy Davis y Hugo Weaving me han encantado. Me he reído, me he metido en la historia y el final me ha parecido fantástico. Por momentos me ha recordado a Big Fish, y me pregunté si Jocelyn Moorhouse se inspiró en el trabajo de Tim Burton. Creo que no seré la única.
Me han dado muchísimas ganas de leer el libro y también de ver más cine australiano, un cine que veo poco; pero suele gustarme mucho. Os recomiendo The Dressmaker, a pesar de que hasta su trailer no os diga mucho, pasaréis un rato muy divertido.
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