Le tengo mucho respeto a Kenneth Branagh como director, pero desde que vi el primer teaser de Cinderella sentí mucho miedo por la clase de película que acabaría siendo. Me pesa mucho decir que no me sorprende nada el resultado, y que me ha parecido tan soso como temía que acabaría siendo.
Inicialmente, tenía la ilusión de que, con un director como Branagh, iba a poder ver una película más "clásica". Por alguna razón, no me esperaba animales parlanchines, ni zapatillas mágicas. Y me encontré con una película que se asemeja mucho al original animado, sin las canciones. Me sentí un poco decepcionada.
Cinderella es una película entretenida, no lo voy a negar. Pasada la decepción, me entretuve observando cómo contaban una historia que me sé de memoria, y disfruté con el trabajo Cate Blanchett (lo mejor de la película). No me lo pasé mal, pero tampoco me fascinó.
Hay cosas que no me gustaron. Por ejemplo, los chistes. Me resultaron forzados, predecibles, y no me causaron gracia. Y ¿qué clase de dentadura me lleva Helena Bonham Carter? ¿Es que se negó a hacer de hada madrina si no llevaba prótesis o algo raro?
Más de una vez, me descubrí levantando una ceja y murmurando por lo bajo; pero puede que eso se deba a que no entiendo la necesidad de rehacer clásicos de la animación y busco defectos a todo.
Cinderella ha sido entretenida, sí, pero floja. Hay detalles del cine de Branagh; pero me ha parecido una película que podría haber dirigido cualquier otro director. El producto parece embotellado, siguiendo unas líneas muy claras de producción, y con poco espacio para la creatividad. Bien contada, pero nada más.
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