Tenía tantas ganas de ver The Young and Prodigious T.S. Spivet que las primeras imágenes me quitaron el aliento. Cada imagen, cada palabra, cada personaje, cada escena; todo significaba reencontrarme con una forma de contar historias que adoro. Cuando T.S. comenzó a hacer el repaso de cosas que se llevaría en el viaje, me sentí en casa. Además, encontrarme viejas caras conocidas en el camino era justo lo que necesitaba. Sólo podía pensar: “Jean-Pierre (Jeunet), te echaba de menos”.
Lamentablemente, al final me he encontrado con que The Young and Prodigious T.S. Spivet no ha sido la película que esperaba. La resolución del conflicto me ha parecido demasiado “simple”. Tenía muchas expectativas, y el comienzo prometía, pero la película se me ha quedado corta. O quizás es que yo esperaba más de uno de mis directores favoritos.
De todas formas, se agradecen los paisajes y esos toques de fantasía que Jeunet sabe poner en su cine. Lo echaba de menos y, aunque no estuviera a la altura de lo que esperaba, al menos por un momento me hizo recordar las maravillas de las que es capaz. Y, por supuesto, se agradece la presencia de gente como Helena Bonham Carter y Dominique Pinon.
Ese cine que me conquistó sigue ahí. Sé que aún lo tienes, Jean-Pierre. Pero quizás hace falta que vuelvas a asociarte con Marc Caro. Quizás lo que te falta es volver a conectar con él, y quizás de esa conexión puedan nacer cosas tan geniales como Delicatessen o La cité des enfants perdus. Quiero creer.
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