Hacía mucho tiempo que no veía a Guillaume Canet, o al menos eso me parecía. Así que ver La nouvelle guerre des boutons fue doblemente positivo: la película me gustó mucho, y volví a ver a Guillaume. Además, está ambientada en marzo de 1944, en un pequeño pueblo francés. Justo lo que necesitaba.
La nouvelle guerre des boutons, a pesar de estar ambientada en una época dura, es en cierto modo inocente y positiva. Me hizo sonreír, reír, emocionarme, sentir ansiedad, y me dejó con ganas de verla muchas veces más. Me encantó ver a los niños “jugar” a una guerra mientras en la “vida real” había una guerra de verdad. Me gustó verles mantener la inocencia a pesar de lo que estaba ocurriendo (aún cuando su propia guerra se les va de las manos), y me encantó el mensaje final de la alianza por una buena causa. La nouvelle guerre des boutons no sólo entretiene, sino que nos da un mensaje mu bonito. Y me ha dejado fascinada con el pequeño Clément Godefroy, al que me encantaría volver a ver en pantalla (lamentablemente, no he encontrado nada más suyo).
Vi la La nouvelle guerre des boutons porque me habían contado que el libro era muy bonito. Cierto es que se llama “nouvelle” porque es una nueva adaptación de la historia; pero ahora tengo muchísimas ganas de leerlo. Y de ver la primera película que se rodó basada en el libro (de 1962). Aparentemente, también se rodó otra versión más similar al libro en 2011. He visto que trabajaron en ella Eric Elmosnino y Alain Chabat, así que no tardaré mucho en verla. ¿Habéis visto alguna de estas versiones, o leído la novela?
Comentarios
Publicar un comentario
¡Habla! ¡Te leo!