Quizás una de las horas más difíciles -de sentarme a ver- de la Odisea de Mark Cousins, la hora que habla de los 40. Como ya os he dicho muchas veces, el neorrealismo es el movimiento cinematográfico que más me cuesta. Sin embargo, me ha gustado que nos meta en esa década hablando del momento histórico, y sobre todo, que nos regalase momentos que retratan a John Ford perfectamente.
Y luego, entrar al maravilloso mundo de Orson Welles. Las sombras, la luz, los escenarios masivos, los personajes, los ecos. Nos cuenta qué le inspiró visualmente y de dónde sale toda esa “masividad” que utilizaba en sus películas. Y por supuesto, se centra en la profundidad de campo (tema fundamental cuando se habla de Welles), mostrándonos ejemplos que van hasta los años 90.
Una vez nos tiene cómodos, nos lleva a la Cinecittá, y entonces nos habla del cine italiano y lo importante que fue para la década. Nos cuenta cómo la época histórica influyó en el lenguaje cinematográfico, empezando con Roma, città aperta, de Rossellini. Nos pasea por los escenarios de la película, y –me encantó- nos enseña la diferencia entre Welles y Rosellini, y las características de la película con ejemplos gráficos.
Nos lleva de paseo por el Cine Noir, nos habla de sus femmes fatales. También nos habla de las mujeres guionistas. De Brackett, que escribió Rio Bravo y Star Wars. Nos explica las influencias, de los secretos y las características del film noir. Características que encuentra en LA Confidential, Blade Runner y Dark Knight, entre otras.
Cuando llega a los 50, nos habla de los musicales: Vincent Minelli, Gene Kelly, The Red Shoes, Stanley Donen, Fred Astaire y Ginger Rogers. Perdonadme si aquí me emociono, porque fue un momento que me transportó a mi infancia, cuando vivía para ver musicales, cantar y bailar imitando a los grandes. Es genial cómo la entrevista a Donen deja de ser una entrevista, y pasa en un momento a ser una conversación entre Cousins y el director (y coreógrafo). La cantidad de películas con las que me recreó en los minutos que cubre el cine musical de aquella época, antes de meterse en la evolución del cine de Donen para aprovechar la entrevista.
Cousins cierra la quinta hora de historia del cine asegurando que The Third Man es un compendio del cine de los 40, y nos habla de globalización. Al final me quedé con la sensación de que fue la primera vez que pude disfrutar de una clase de cine que tratase de los 40, quizás porque la forma en que Cousins habla de la época y su cine me hizo verlo de otra manera. La narración, el ritmo, es tan dinámico que hace que uno pase encantado de una cosa a la siguiente y aprenda mucho en el proceso. Me quedan sólo –si, si, sólo- diez horas, y no quiero que se terminen nunca.
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