Lars and The Real Girl es una película curiosa. La historia en sí parte de algo que podría resultarnos un poco inverosímil, aunque en realidad no lo es tanto. Sí sería extraño que nos encontrásemos un caso de estos; pero que los hay, los hay.
La historia de Lars es una historia interesante. La historia de un hombre solitario, que “sufre un trastorno” o simplemente es incapaz de relacionarse de un modo “normal”. Hasta que Bianca aparece en su vida. Entonces, Lars empieza a comportarse como la sociedad exige, y sin embargo todos piensan que está loco. Y lo que es aún más curioso, todos le siguen el juego: familia, compañeros de trabajo, su médico…
Me pregunto si en la vida real esto ocurriría. Sí, le seguimos el juego en algunas fantasías a la gente; ¿pero al punto que se lo siguen en la película? ¿Sería bueno aceptar y alentar las fantasías de las personas? En cierto modo, las personas del pueblo ayudan a Lars al seguirle el juego. Él marca las reglas, ellos sólo reaccionan naturalmente. Bianca se transforma en una parte de la comunidad, lo que lleva a Lars a interactuar con ellos de un modo más “natural”. De alguna forma, la entrada de Bianca en las vidas de todos fue positiva. Aún para Lars (la razón no la diré, que os contaría toda la peli).
El trabajo de Ryan Gosling es, como siempre, buenísimo. Lo mejor de la película. Empiezo a creer que no hay nada que este muchacho pueda hacer mal. El resto del cast está muy bien, también. Esta es una de esas películas en las que la historia es más importante que cualquiera de los aspectos técnicos. No hay planos maravillosos, no hay una fotografía que enamore, ni un guión que sorprenda demasiado. Sin embargo, la película me resulta buena, sencilla, tierna. Me ha hecho reflexionar un poco sobre algunas cosas, que creo que es lo que se pretendía. Y me quedo con esas preguntas que despertó en mí.
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